Oscar Ramírez no pasa desaperecibido cuando camina por el Centro Histórico de San Salvador; y menos cuando se adentra al corazón de la ciudad como un embajador «del caliche» portando su sombrero, su mochila, su banda y esa vestimenta azul bandera que recuerda nuestras raíces, lo autóctono…a nuestra gente.
Dejó el ombligo en San Pedro Masahuat, La Paz y desde muy jóven se interesó por el rescate cultural y de nuestras tradiciones. Ese deseo lo llevó a escribir libros relevantes como el diccionario del Caliche Salvadoreño, que recopila la jerga de nuestra lengua como «púchica», «chunche», «chero», y más

«Este personaje nace por una necesidad, Óscar Ramírez es guía turístico, tour operador, ha recorrido todo El Salvador y me pude dar cuenta que algunas Casas de la Cultura no apoyan el talento nato: escritores, pintores. Veo que necesitaba un personaje propio del pueblo y para el pueblo, reuní las palabras y de ahí nace Calicho.
El «caliche» es considerado una jerga o conjunto de palabras que son utilizadas por los salvadoreños. «Los abuelos decían: mirá tata andá trer el chilate…que mira los frijoles…que mirá el mais…Ahora en lo moderno podemos decir: mirá traeme ese guacal, mirá traeme ese chunche y nosotros lo entendemos», expresó Calicho.

Pero, ¿por qué Calichón? Bueno, este personaje nació hace 5 años como «el embajador del caliche y luego Óscar pensó en darle una autenticidad. Relacionó la palabra caliche y surgió «Calicho». En ese momento bajo el apoyo de Rolando Meléndez (El Cipitío) surgió, digamos, el apellido del personaje.
«Me dijo (el cipitío) pongámole algo más cómico…Calichón. Nombre! le dije, me van a decir calzón. No, me dijo, Calicho Calichon suena bien y así quedó».
A parte de recorrer El Salvador con su personaje y de asistir a eventos importantes de la diáspora salvadoreña, Óscar impulsa la Fundación Artistas los Nonualcos para promover el rescate cultural en las nuevas generaciones.
¡Así, o más cachimbón!
