San Salvador volvió a rugir la noche del 9 de diciembre con un evento que muchos ya califican como histórico para la cultura urbana salvadoreña. El Palacio de los Deportes Carlos “El Famoso” Hernández se convirtió en la arena donde algunos de los mejores freestylers del mundo se midieron en una batalla que dejó al público vibrando hasta el último minuto.
El evento fue organizado por Urban Roosters, la empresa detrás del circuito global Freestyle Master Series (FMS), que por primera vez aterrizó en El Salvador con una producción de nivel internacional, luces, pantallas gigantes y un ambiente que no le envidia nada a ningún escenario del mundo.
Los grandes del freestyle dijeron presente
La lista de participantes fue un lujo: Aczino, considerado por muchos el mejor freestyler de la historia; Chuty, el español que arrasa donde se presenta; Gazir, “la bestia asturiana”; y los latinos poderosos como Jony Beltrán, El Menor, Azuki, Lokillo, entre otros.
El público salvadoreño, que abarrotó el coliseo, respondió con energía, barras, gritos y ovaciones. Más de uno salió afónico.
Para los fans del rap y el freestyle, la noche fue una mezcla de adrenalina, improvisación al filo y punchlines que retumbaron en todo el recinto. Las rondas más encendidas sacaron chispas en el escenario, y varios competidores mencionaron la calidez y la fuerza del público salvadoreño, que no dejó de apoyar en ningún momento.
El evento también sirvió como vitrina para talentos emergentes de la región, quienes tuvieron la oportunidad de compartir tarima con artistas legendarios del freestyle. Todo esto fue parte del objetivo de Urban Roosters de seguir expandiendo la cultura freestyle en nuevos territorios.
En redes sociales, asistentes y organizadores destacaron el orden, la seguridad y la energía positiva del público. Muchos esperan que esta no sea la última vez que la FMS visita el país.
Con este evento, El Salvador demuestra nuevamente que puede albergar espectáculos internacionales de gran calibre, y que la cultura urbana tiene un lugar fuerte y creciente entre la juventud salvadoreña.



