Por Leandro Vargas
El estadio Mágico González se convirtió el domingo en el epicentro de una fiesta futbolera cargada de emociones. Muchas personas de ambas aficiones llegaron para vivir el vibrante empate 3-3 entre Águila y Firpo, un duelo donde no solo hubo goles, sino un ambiente único impulsado por las barras que dejaron el alma en las gradas.
La fiesta de las barras hizo vibrar el estadio de principio a fin
Desde horas antes, la llegada de ambas hinchadas llenó el estadio de colores, tambores y cánticos incesantes. La barra pampera se hizo sentir con fuerza y las banderas emplumadas respondieron sin cesar, creando un intercambio de energía y pasión que dejó en evidencia la magnitud del clásico.
Goles y emociones subieron la temperatura en el campo y las gradas
El marcador se movió constantemente, generando una montaña rusa de emociones. Tereso Benítez adelantó a Águila con un golazo, seguido por el español Gregori Díaz. Firpo reaccionó rápidamente con el doblete del colombo-salvadoreño Cristian Gil, que destacó por su precisión y oportunismo. El gol de Eduardo «Mbappé» Cruz antes del descanso puso a los emplumados por delante, mientras que Wilber Arizala empató sobre el final para un cierre vibrante.
Marvin Solano: liderazgo con responsabilidad
El director técnico de Luis Ángel Firpo, Marvin Solano, resaltó la importancia de mantener la ventaja en la tabla: “Ser líderes de la liga salvadoreña es un logro que nos llena de orgullo, pero también nos exige responsabilidad. Cada punto cuenta y nuestro objetivo es seguir firmes para llegar a la fase final con la mejor posición. Este empate es parte del proceso, y el equipo mostró carácter para no perder el invicto.” Solano destacó además cómo la motivación y unión del grupo, apoyada en la barra pampera, ha sido clave para mantener el buen nivel.
Águila y la mirada hacia adelante
Desde el banquillo emplumado, el técnico de Águila enfatizó en los retos que se vienen: “Tenemos partidos importantes en el horizonte y analizamos muy bien las alineaciones que presentamos. Queremos mantener la estabilidad que hemos logrado con el equipo y buscar resultados que nos permitan escalar posiciones. En cada convocatoria priorizamos la actitud y el compromiso, porque sabemos que la competencia no da tregua.” Su enfoque está en consolidar un plantel competitivo para los próximos compromisos.
Una jornada inolvidable para la afición
Más allá del resultado, la atmósfera vivida fue la gran protagonista. La pasión desbordada de ambas barras, la rivalidad sana y el constante apoyo confirmaron que en El Salvador el fútbol se juega con el corazón. El empate 3-3 refleja también la igualdad que hay en la liga, muy competitiva y con equipos decididos a pelear hasta el último suspiro.