Redacción: Lina Muñoz Medina
En medio de un contexto global marcado por la incertidumbre y la proliferación de noticias falsas, diversas publicaciones en redes sociales han generado alarma al afirmar que países como Colombia México y Venezuela enfrentan un supuesto “brote” de VIH que podría derivar en una pandemia en 2025.
Sin embargo, estas afirmaciones carecen de sustento oficial. Según informó el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Unaids), no existe ninguna declaración de pandemia relacionada con el virus de inmunodeficiencia humana. En cambio, lo que se expuso fueron las proyecciones sobre el posible aumento de casos y muertes si no se garantiza el financiamiento adecuado para los programas de salud.
La desinformación se intensificó tras una intervención de Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Unaids, que advirtió sobre las consecuencias de los recortes presupuestarios en programas de atención al VIH. Estas declaraciones, realizadas en una transmisión en vivo el 24 de marzo de 2025, fueron malinterpretadas y sacadas de contexto en plataformas como Facebook, TikTok y X (anteriormente Twitter), lo que ha contribuido a la propagación de información errónea.
De acuerdo con Unaids, los recortes en la financiación de programas internacionales de salud, particularmente aquellos relacionados con el VIH, representan una amenaza significativa para los avances logrados en las últimas décadas. En 2024, el 35% del presupuesto de Unaids, equivalente a 50 millones de dólares, provino de Estados Unidos. Sin embargo, la suspensión de estos fondos, iniciada durante la administración de Donald Trump, generó incertidumbre sobre la continuidad de los tratamientos y servicios esenciales.
Durante la implementación de una orden ejecutiva que suspendió temporalmente la financiación, se permitió una prórroga para garantizar la “asistencia humanitaria vital”, incluyendo medicamentos y tratamientos para el VIH. No obstante, la posibilidad de que estos apoyos se interrumpan de manera definitiva llevó a Unaids a emitir proyecciones preocupantes: en los próximos cuatro años, podrían registrarse hasta 6,4 millones de muertes relacionadas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), además de un incremento de 2.000 nuevas infecciones diarias a nivel mundial.