
Como estudiante, Donald Trump jugó al fútbol americano en la secundaria. Como magnate empresarial, fue propietario de un equipo en una liga rival emergente de la NFL y luego demandó a la liga establecido. Como presidente, denigró a los profesionales que se arrodillaban durante el himno nacional como parte de un movimiento de justicia social.
El domingo, Trump añadía a esa complicada historia con el deporte al convertirse en el primer presidente en funciones en asistir a un Super Bowl.
Después de volar desde Florida a Nueva Orleans, se esperaba que el presidente republicano se reuniera con los participantes del lanzamiento de la moneda, incluidos familiares de víctimas de un ataque terrorista en Año Nuevo en el histórico Barrio Francés de la ciudad, así como miembros del departamento de policía y personal de emergencia.
La presencia de Trump en el Caesars Superdome para ver a los Chiefs de Kansas City, bicampeones defensores, enfrentarse a los Eagles de Filadelfia sigue a la decisión de la NFL de eliminar los lemas “Acabar con el Racismo” que se podían visualizar en las zonas de anotación desde 2021.
Trump ordenó recientemente la cancelación de programas que fomentan la diversidad, la equidad y la inclusión en todo el gobierno federal y algunos críticos ven la decisión de la liga como una respuesta a la acción del presidente republicano. Pero el comisionado de la NFL, Roger Goodell, dijo que las políticas de diversidad de la liga no están en conflicto con los esfuerzos de la administración Trump para terminar con los programas DEI del gobierno federal.
Trump, quien asistió al Super Bowl en 1992, piensa que los Chiefs ganarán, y destaca el quarterback de Kansas City Patrick Mahomes como factor decisivo.
“Supongo que tienes que decir que cuando un quarterback gana tanto como él ha ganado, tengo que ir con Kansas City”, dijo Trump en una entrevista con Brett Baier de Fox News Channel que se emitió en el programa previo al juego. Trump dijo que Mahomes “realmente sabe cómo ganar. Es un gran, gran quarterback”.