Exigen a diez monjas excomulgadas en España que abandonen el convento

El Arzobispo de Burgos Mario Iceta (2R) y la Secretaria Federal de la Orden de Santa Clara, hermana Carmen Ruiz (2L), dan una conferencia de prensa en Burgos el 24 de junio de 2024, sobre la excomunión de 10 monjas del norte de España por parte del Vaticano, después un enfrentamiento de meses por una disputa de propiedad y en medio de afirmaciones de que pertenecían a una secta. - El arzobispo de Burgos, en el norte de España, exigió hoy que 10 monjas que fueron excomulgadas después de un enfrentamiento de meses por una disputa de propiedad abandonen el convento donde viven. Las hermanas Clarisas de un convento del siglo XV en la ciudad norteña de Belorado, cerca de Burgos, fueron excomulgadas después de no presentarse a una reunión el 21 de junio para discutir su posición ante un tribunal eclesiástico. (Foto de CESAR MANSO / AFP)

El arzobispo de la ciudad española de Burgos pidió el lunes a diez monjas clarisas excomulgadas, y en abierta rebelión contra el Vaticano, que abandonen su convento.

«Ante la excomunión y expulsión de la vida consagrada, las diez religiosas carecen de título legal para permanecer en los monasterios y dependencias anejas, por lo tanto deberán abandonarlos», declaró monseñor Mario Iceta en una conferencia de prensa en la ciudad del norte de España, dos días después de la excomunión oficial de las religiosas.

«De no producirse una salida voluntaria en fechas próximas, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar», avisó el arzobispo, sin dar un plazo a las monjas.

«No hemos establecido un plazo, un plazo prudencial, no queremos actuar de modo precipitado, queremos ser muy respetuosos y esperemos que ellas se den cuenta de que, al no ser ya religiosas, no pertenecen a los monasterios y no deben estar en ese lugar», añadió.

Estas diez hermanas viven en el convento de Santa Clara en el pueblo de Belorado, un recinto del siglo XV en el corazón de un pueblo de 1.800 vecinos a 50 kilómetros de Burgos.

Las religiosas decidieron a mediados de mayo abandonar la Iglesia y ponerse bajo la autoridad de un sacerdote excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco.

El asunto estalló en un contexto de disputas por la propiedad y acusaciones de pertenencia a una secta.

Fundador de la «Pía Unión de San Pablo Apóstol», Pablo de Rojas Sánchez-Franco, expulsado de la Iglesia católica en 2019, afirma pertenecer al «sedevacantismo», movimiento que considera herejes a todos los papas que sucedieron a Pío XII (1939-1958). Según el arzobispo de Burgos, él y otra persona no identificada llevan en el convento alrededor de un mes.

Fue la anulación de la compra de un convento en el País Vasco español lo que hizo saltar el conflicto. En 2020, las monjas llegaron a un acuerdo con el vecino obispado de Vitoria para comprar el convento de Orduña, pero la venta finalmente fracasó. La transacción fue «bloqueada desde Roma», dijeron las religiosas.

También afirman ser perseguidas por su jerarquía.

A principios de junio, el arzobispo de Burgos, al que el Vaticano había pedido que zanjara el asunto, envió a varios representantes, acompañados de un agente judicial, para exigir, en vano, la entrega de las llaves de su convento.