Un grave error de cálculo de Trump ante la amenaza terrorista

Max Boot

La administración Trump estuvo reasignando los escasos recursos federales a la lucha contra los cárteles de la droga (“narcoterroristas”), el Estado venezolano (“una organización terrorista extranjera”) y grupos de izquierda como Antifa (una “quinta columna violenta de terroristas nacionales”). Además de las obvias preocupaciones sobre la legalidad, estas acciones también plantean serias dudas sobre las prioridades de la administración y la distribución de recursos.

Los cárteles de la droga pueden ser malvados, pero en última instancia, su motivación es el lucro y no una ideología asesina como la del Estado Islámico (EI). Antifa es un grupo de activistas poco cohesionado que, si bien puede ser culpable de actos de violencia aislados, no planea sucesos con víctimas masivas como Al–Qaeda. El régimen venezolano es cómplice de violaciones de derechos humanos y narcotráfico, pero no es un Estado patrocinador del terrorismo como, por ejemplo, Irán.

Mientras la administración se centra en los pseudoterroristas, corre el riesgo de perder de vista la lucha contra los verdaderos terroristas descarados. Hace apenas una semana, un equipo de terroristas, padre e hijo, inspirados por EI, mató a 15 personas en Bondi Beach, Sídney durante una celebración de Janucá, poco después de que un combatiente de EI en Siria matara a dos militares estadounidenses y a un civil estadounidense (El viernes, las fuerzas estadounidenses bombardearon docenas de lugares en Siria como represalia).

Otros ataques terroristas recientes por parte de seguidores del Estado Islámico incluyen el ataque con camión el 1 de enero en Nueva Orleans, en el que murieron 14 personas, además del perpetrador; un ataque del 2 de octubre en una sinagoga en Inglaterra, en el que murieron dos personas, incluido un hombre baleado por la policía; un atentado suicida del 22 de junio en una iglesia ortodoxa griega en Siria, en el que murieron 25 personas; y un ataque del 22 de marzo de 2024 en una sala de conciertos en Moscú, en el que murieron más de 140. Muchos otros planes fueron frustrados, incluido un plan el año pasado para atacar un concierto de Taylor Swift en Viena y un reciente supuesto complot para atropellar con un vehículo en Alemania.