El Carnaval de San Miguel es, sin duda, la celebración más grande del oriente salvadoreño —y una de las más importantes de Centroamérica. Esta fiesta popular tiene sus raíces en celebraciones antiguas: originalmente las festividades eran en mayo, con motivo de la fundación de la ciudad, pero desde 1939 se trasladaron a noviembre en honor a Fiestas Patronales de la Virgen de la Paz.
Desde entonces, el carnaval ha crecido muchísimo, hasta convertirse en un estandarte cultural. En 2008 fue declarada “Bien Cultural”.
Durante todo noviembre se realizan “carnavalitos” en barrios, colonias y cantones, además del tradicional desfile de correos, la presentación de candidatas a reina, carrozas, bailes, música, feria callejera y gastronomía popular.
El día cumbre del carnaval —el famoso desfile de carrozas por la avenida principal, acompañado de música, comparsas y miles de personas— ocurre el último sábado de noviembre.
2025: Fiesta de altura con estrellas mundiales
Esta edición del carnaval fue especial.
- Como cabeza del cartel internacional estuvo Juan Luis Guerra, acompañado de su banda 4.40, con un concierto gratuito
- También participó Los Hermanos Flores — una de las orquestas más emblemáticas de El Salvador que fueron los teloneros del dominicano
- El evento atrajo una asistencia masiva, reforzando la reputación del carnaval como fiesta internacional de tradición, música y alegría.
Las autoridades reportaron un operativo de seguridad amplio, con miles de agentes desplegados para garantizar el orden, algo esencial dado el volumen de participantes.
Este carnaval no es solo música y fiesta; representa identidad, tradición, comunidad y unión. Durante décadas ha servido para reunir familias —tanto migueleños como compatriotas que viven fuera— y celebrar las raíces compartidas.
Además, al atraer turistas nacionales e internacionales impulsa la economía local: transporte, hospedaje, gastronomía, comercio ambulante… el carnaval moviliza todo un pequeño motor económico.
