Agencia EFE
Japón se convirtió, en marzo pasado, en el primer seleccionado clasificado para el Mundial de 2026. En ese momento, la victoria 2-0 ante Bahréin en Saitama le permitió a los Samuráis Azules asegurarse un lugar entre los dos primeros de la clasificación automática del Grupo C de Asia.
Siete meses más tarde, en Tokio, el combinado asiático logró uno de los triunfos más trascendentes de su historia, aunque haya sido en un contexto amistoso. Japón derrotó a Brasil por primera vez en la historia: fue por 3-2, tras remontar un 2-0, en el estadio Ajinomoto.
Brasil había arrancado el partido en ventaja, por los goles de Paulo Henrique y Gabriel Martinelli, antes de los 35 minutos del primer tiempo. Sin embargo, confiados y envalentonados por el público local, los japoneses no se amedrentaron, igualaron en el transcurso del segundo tiempo (con goles de Takumi Minamino y Keito Nakamura), fueron por más y, cuando restaban 19 minutos para el final, llegó el tercer gol, tras un córner, con un cabezazo fulminante de Ayase Ueda (delantero de Feyenoord), que no pudo controlar el arquero Hugo Souza (de Corinthians).
El gol de Ueda para un triunfo histórico
Japón se había enfrentado trece veces ante la selección brasileña y únicamente había rescatado dos empates. El éxito frente al pentacampeón mundial marca un momento único para los asiáticos.
Para Japón, la de 2026 será la octava Copa del Mundo consecutiva. En la última edición de la Copa del Mundo, en Qatar 2022, Japón, cuyo entrenador es Hajime Moriyasu (57 años), sorprendió al ganar el Grupo E por delante de España, eliminando a Alemania y a Costa Rica, pero volvió a chocar con el muro de los octavos de final tras perder -en los penales- frente a Croacia.