Cuando los sueños cruzan fronteras «Periodista salvadoreña convirtió la migración en un camino hacia el éxito»

A veces los sueños parecen quedar en pausa cuando la vida da un giro inesperado. Pero hay quienes, con la determinación como brújula, logran convertir los desafíos en oportunidades. Ese es el caso de la periodista salvadoreña Lenny Castro Argüello.

Ese es el caso de la periodista salvadoreña Lenny Castro Argüello. La connacional, acaba de levantar una estatuilla Emmy en el norte de California como parte de la producción del noticiero Univision 14.

El pasado 14 de septiembre, cuando la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Televisión anunciaba a los ganadores de la 54ª edición regional del norte de California 2024-2025. Entre los nombres premiados, brilló el de esta compatriota que, desde hace casi una década, decidió comenzar de nuevo en Estados Unidos.

“Yo estaba participando como parte de la producción de tres programas, el objetivo era obtener un premio o al menos una nominación”, cuenta con una sonrisa que mezcla sorpresa y orgullo. El galardón llegó gracias a un trabajo en equipo …todos los programas con los que participamos tenían mucha calidad”.

En esta edición regional de los Emmy se sometieron 134 trabajos en español, frente a 882 en inglés. De los 134 solo 51 fueron premiados. Y entre los nombres de los que obtuvieron las estatuillas figuró el de Lenny Castro.

Una historia de migración y esperanza

Castro, dice que en este momento está donde soñó estar en territorio estadounidense, pero su historia en Estados Unidos no siempre tuvo capítulos felices, recuerda que cuando llegó en 2016, lo hizo en un contexto difícil.

“Los motivos por los que salí de El Salvador fueron políticos, más por la alta peligrosidad que se vivía y las constantes amenazas hacía el trabajo periodístico. Entonces, decidimos empezar de nuevo fuera de las fronteras”, recuerda.

Junto a su esposo, eligieron Estados Unidos por una razón sencilla pero poderosa: la seguridad de sus hijas.

Los primeros años no fueron fáciles. “Hubieron muchas limitaciones y las horas de trabajo pasaron de 8 al día a 12 o hasta 15, y mi hija menor no lograba adaptarse y lloraba mucho; en ese momento me sentía culpable, pero tenía la firme convicción que estaba haciendo lo correcto y que para atrás ni para tomar impulso… Mi esposo Saúl Argüello y mi hermana Erica Castro fueron un pilar fundamental para mantenerme en pie en todo momento”, confiesa.

Recuerda que enviaba hojas de vida a todos los medios posibles, viajando en autobús por más de una hora para dejarlas en persona. “Los primeros dos años no pasaba nada, pero nunca bajé los brazos”, dice. Su persistencia dio frutos cuando llegó su primera gran oportunidad: trabajar en La Voz de América. “Ese momento fue maravilloso y cambió mi suerte, supe de esa oportunidad gracias a un amigo y excompañero de la universidad que sabía que yo estaba en Estados Unidos, Gesell Tobías, aún recuerdo que me dijo que se habían abierto plazas y que él conocía la calidad de mi trabajo y creía que podría salir bien librada del proceso”.

Recuerda que el proceso de aplicación fue largo y difícil, pero al final resultó que logró formar parte del equipo. “Yo estaba en el cielo y lo demás es historia, luego vinieron otras cosas, incluyendo un breve paso por Telemundo 48 y finalmente otro sueño se hizo realidad: Univision en su canal local del Área de la Bahía”.

El ADN del periodismo

Antes de cruzar fronteras, ya tenía una larga trayectoria en diferentes medios de comunicación; así como en el área de las relaciones públicas.

Castro, se graduó como licenciada en Periodismo y, con el tiempo, obtuvo dos maestrías con una especialidad en social media. “En ese momento estaba el boom de las redes sociales y sabía que tenía que mantenerme actualizada”, explica, es por ello que se mantiene en constante actualización, recientemente, completó un curso sobre producción en los nuevos tiempos con el Instituto Poynter, una de las instituciones más prestigiosas en la formación periodística en EE. UU.

Más que un premio, una misión

Para ella, el Emmy es mucho más que una estatuilla dorada. “Es un orgullo y un privilegio, pero más que el premio en sí, representa todo el trabajo que está detrás. Creo firmemente que el periodismo es servicio a la comunidad”, afirma.

En su voz hay convicción y empatía cuando habla de su rol en Univision 14. “Este trabajo me ha permitido tocar muchas vidas, ser un ente de cambio. Especialmente ahora, cuando hay tanta desinformación”, explica.

La  historia de esta salvadoreña es una inspiración para quienes alguna vez han sentido que empezar de nuevo es imposible. Hoy, con un Emmy en las manos, confirma que las fronteras no detienen a quien tiene la firme convicción de salir adelante.