Cuerpos de plástico desnudos o vestidos con andrajos cuelgan de árboles añosos. Cabezas cercenadas, con ojos de vidrio que parecen seguir cada movimiento. Así es la macabra Isla de las Muñecas, en Ciudad de México: un lugar que provoca temor en muchos visitantes, pero que ha cautivado a Lady Gaga y Tim Burton.
La diva del pop y el maestro del cine gótico unieron visiones en The Dead Dance, un videoclip oscuro pero vibrante que Burton dirigió como una oda audiovisual al culto mexicano a la muerte y a la legendaria isla escondida en los canales de Xochimilco.
La Isla de las Muñecas no es un mito. Se encuentra en un islote remoto al que solo se llega en trajinera, tras una hora y media de recorrido por aguas que guardan leyendas aztecas y que alguna vez alimentaron a la gran Tenochtitlán. Burton convirtió ese escenario en un espectáculo visual cargado de simbolismo gótico, al estilo de la productora británica Hammer Films.
El origen del lugar se remonta a la década de 1950, cuando Julián Santana, su cuidador, encontró el cuerpo de una niña ahogada en los canales. La leyenda urbana dice que, obsesionado con proteger su alma, comenzó a colgar muñecas por toda la isla. Durante medio siglo recolectó más de mil figuras: algunas aparecieron flotando misteriosamente en el agua, otras las halló en las calles de la capital mexicana.
Hoy el sitio se puede visitar, aunque muchos trajineros evitan acercarse. Entre supersticiones, aseguran que por las noches las muñecas susurran, mueven los brazos y giran la cabeza, siguiendo los pasos de quienes se atreven a entrar.