LA NACION
En medio de la persistente tensión entre Moscú y Occidente por la guerra en Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció este viernes el inicio de la producción de los misiles hipersónicos más avanzados del país y confirmó que serán desplegados en Bielorrusia, uno de sus principales aliados, en los próximos meses. Horas más tarde, su par estadounidense, Donald Trump, ordenó el envío de dos submarinos nucleares hacia zonas estratégicas, una medida que atribuyó a las declaraciones recientes del expresidente ruso y estrecho colaborador del Kremlin, Dimitri Medvédev.
Trump explicó su decisión a través de un mensaje en Truth Social, en el que acusó a Medvédev —actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia— de realizar afirmaciones “insensatas” e “incendiarias”. “Ante las provocadoras declaraciones del expresidente ruso Dimitri Medvédev, he ordenado el despliegue de dos submarinos nucleares en las regiones correspondientes”, escribió. “Las palabras son muy importantes y, a menudo, pueden tener consecuencias imprevistas. Espero que este no sea uno de esos casos”, añadió, al justificar la medida como una forma de prevención “por si las declaraciones fueran más allá”.
El cruce se produjo después de que Medvédev criticara duramente los ultimátums de Trump para alcanzar un alto el fuego en Ucrania. El líder republicano había anunciado que reduciría de 50 a 10 días el plazo para que Moscú selle un acuerdo con Kiev. En respuesta, Medvédev afirmó: “Trump está dando un ultimátum a Rusia: ¿50 días o 10? Debería recordar dos cosas: Rusia no es Israel, ni siquiera Irán. Cada nuevo ultimátum es una amenaza y un paso hacia la guerra”. También acusó al magnate de seguir el camino de “Sleepy Joe”, en referencia despectiva al expresidente Joe Biden.
Trump no precisó si los submarinos movilizados son de propulsión nuclear o si están equipados con armas nucleares. Tampoco brindó detalles sobre las zonas específicas donde serían enviados. Además del despliegue militar, el presidente estadounidense amenazó con imponer nuevas sanciones económicas a Rusia si Putin no pone fin a las hostilidades en Ucrania antes de que finalice la próxima semana. Entre las opciones que evalúa su gobierno se encuentran las llamadas sanciones “secundarias”, dirigidas a terceros países que continúan comprando petróleo ruso, con el objetivo de cortar una de las principales fuentes de financiamiento de la maquinaria bélica del Kremlin.
Trump, de 79 años, había protagonizado un acercamiento inicial a Putin tras su regreso al poder en enero. Estaba convencido de que su relación personal con el líder ruso le permitiría poner fin rápidamente a la guerra iniciada con la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Sin embargo, esa expectativa se desvaneció y, según su entorno, el republicano está cada vez más frustrado con la actitud del Kremlin.
Por su parte, Putin afirmó este viernes que Rusia ya comenzó la producción de sus misiles hipersónicos más modernos. Sentado junto al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, en la isla Valaam, cerca de San Petersburgo, el mandatario ruso detalló que el Ejército ha seleccionado sitios en territorio bielorruso para el despliegue del misil balístico de alcance intermedio Oreshnik (“avellano”).