LA NACION
El primer tiempo ya se extinguía y Gianluigi Donnarumma era la figura de un partido que no había podido salir del cero. PSG y Bayern Munich ya pensaban en un descanso que recargaría las energías. Sin embargo, una acción modificó el clima y preocupó a los presentes, tanto dentro como fuera del campo de juego.
La terrible lesión del delantero alemán Jamal Musiala dejó sin aliento no solo a los futbolistas y a los espectadores del estadio en Atlanta, sino a los millones de t elevidentes que seguían el partido en todo el mundo. Atacaba el conjunto alemán. Un pase largo en ataque que llegaba manso a las manos del arquero del equipo francés. El zaguero ecuatoriano Pacho cubrió para que el asedio de Jamal Musiala no generara peligro. Mientras Donnarumma se quedaba con el balón, Musiala arremetió a toda velocidad para intentar llegar antes que el arquero.
Cuando el italiano tomó el balón con sus manos, el tobillo izquierdo del alemán quedó atrapado bajo el cuerpo del guardameta. Cuando el delantero se liberó, las imágenes mostraron que su tobillo estaba en muy mal estado y que había sufrido una gravísima lesión.
La televisión alejó el foco de sus cámaras, ingresó el cuerpo médico de Bayern Munich y los futbolistas rodearon a Musiala, inmerso en un enorme dolor. La imagen más elocuente de lo que había pasado fue protagonizada por Donnarumma, responsable involuntario de la lesión, que se tomó la cabeza y rompió en llanto.
Según el diario alemán Bild, Musiala sufrió la fractura del peroné izquierdo y tiene algunos ligamentos dañados. Esto significa que probablemente estará de baja entre cuatro y cinco meses. Musiala fue trasladado al hospital durante el partido, pero ya se reintegró al plantel para viajar a Orlando y de allí volver a Alemania.