
Redacción: The Associated Press
Al hacer exigencias duras e intransigentes en las conversaciones de paz con Ucrania mientras continúa bombardeándola con oleadas de misiles y drones, el presidente ruso Vladímir Putin envía un mensaje claro: sólo aceptará un acuerdo bajo sus términos y seguirá combatiendo hasta que se cumplan.
Al mismo tiempo, ha tratado de no hacer enfurecer al presidente estadounidense Donald Trump, elogiando su diplomacia y declarando que Moscú está abierto a conversaciones de paz, incluso cuando establece condiciones excesivas que Kiev y Occidente rechazan.
Trump, quien alguna vez prometió poner fin a la guerra de tres años en 24 horas, ha trastocado la política de Estados Unidos de aislar a Rusia al sostener llamadas con Putin y denigrar al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Sin embargo, al mismo tiempo Trump le advirtió a Putin que no “juegue conmigo”, y amenazó a Moscú con imponerle sanciones si no respalda sus propuestas de paz.
En días recientes, Trump indicó que está perdiendo la paciencia con Putin, y declaró que el gobernante ruso se había vuelto «loco» al intensificar los ataques aéreos sobre Ucrania. También manifestó: «De lo que Vladímir Putin no se percata es que, si no fuera por mí, muchas cosas realmente malas ya habrían sucedido en Rusia, y me refiero a realmente malas. ¡Está jugando con fuego!». Dmitry Medvedev, un expresidente ruso que ahora es subjefe del Consejo de Seguridad de Putin, respondió: «Sólo conozco una cosa realmente mala: la Tercera Guerra Mundial. ¡Espero que Trump entienda esto!».
Aunque los aliados europeos de Ucrania instan a Trump a incrementar las sanciones contra Moscú para obligarlo a aceptar un alto el fuego, algunos temen que Trump pudiese acabar distanciando a Estados Unidos del conflicto. Si Washington detiene o reduce la ayuda militar a Kiev, erosionaría gravemente la capacidad de combate de Ucrania.
