Las principales procesiones de la Semana Santa culminaron con una masiva participación de fieles católicos, quienes acudieron a estas actividades religiosas para conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo.
La parroquia El Calvario, ubicada en el centro de San Salvador, fue el punto de encuentro para cientos de feligreses que participaron en los actos litúrgicos más representativos de la Semana Mayor. Las actividades iniciaron el Jueves Santo con la tradicional Procesión del Silencio, que recorrió las calles del centro histórico en un ambiente de reflexión y recogimiento.
El Viernes Santo por la mañana se llevó a cabo el Vía Crucis, donde los asistentes acompañaron el recorrido que recuerda las estaciones del camino al Calvario. Más tarde, por la noche, se desarrolló el solemne Santo Entierro, acompañado de una gran cantidad de personas.






