El papa Francisco desayunó, tomó café y leyó los periódicos este sábado, dijeron fuentes del Vaticano, la mañana después de sufrir un episodio repentino de dificultad respiratoria y ser conectado a un respirador.
Francisco no tuvo más crisis durante una noche que fue tranquila y no tiene fiebre, dijeron las fuentes, agregando que puede comer alimentos sólidos.
Sin embargo, aclararon que su cuadro médico sigue siendo complejo y su pronóstico no se ha establecido después del revés del viernes.
El episodio de dificultad respiratoria del viernes se complicó con vómitos, algunos de los cuales el papa aspiró, dijo el Vaticano. El personal médico trató el problema de aspiración antes de colocarle un ventilador mecánico, dijo. Una fuente del Vaticano le dijo a CNN que Francisco no está intubado, pero usa una máscara.
“La noche transcurrió con tranquilidad, el papa está descansando”, dijo la Oficina de Prensa de la Santa Sede en su última actualización sobre la salud del pontífice la mañana de este sábado, hora local.
Francisco fue ingresado por primera vez en el Hospital Gemelli de Roma hace dos semanas, tras una serie de problemas médicos relacionados con los pulmones, incluida una bronquitis y posteriormente una neumonía. Su hospitalización actual es la cuarta y, hasta ahora, la más larga desde que se convirtió en papa en 2013.
El pontífice ha sufrido problemas pulmonares durante gran parte de su vida. Cuando era joven, padeció una neumonía grave y le extirparon parte de un pulmón.
El Vaticano ha estado publicando actualizaciones sobre la salud del papa dos veces al día. El jueves informó que la condición de Francisco estaba “mejorando”, pero su pronóstico seguía siendo incierto.