Dos días después del potente terremoto que ha dejado más de 1.700 muertos en Myanmar y 17 en Tailandia, los equipos de rescate siguen este domingo 30 de marzo buscando sobrevivientes entre los escombros y prestando ayuda a los damnificados.
El sismo, de magnitud 7,7, sacudió el centro de Myanmar el viernes a plena luz del día (hora local) y fue seguido minutos después por una réplica de magnitud 6,7. Desde entonces, las réplicas siguen sucediendo, aumentando la angustia de la población.
La junta militar que gobierna el país informó este domingo – además de los más de 1.700 muertos – de 3.400 heridos y 300 desaparecidos. Sin embargo, la magnitud real de la catástrofe es difícil de estimar con precisión en un país tan aislado y fracturado, donde el poder militar combate a decenas de grupos armados en distintas regiones.
Según el modelo de previsión del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), hay una probabilidad del 35 % de que el número de víctimas se sitúe entre 10.000 y 100.000 personas. Una parte importante de la población vive a lo largo de la falla de Sagaing, una fractura geológica que separa dos placas tectónicas que se desplazan en direcciones opuestas.
En Mandalay, la segunda ciudad del país y cercana al epicentro, el sismo provocó el derrumbe de edificios residenciales y puentes, además de agrietar carreteras. Una réplica golpeó la ciudad este domingo a las 7:30 de la mañana (hora local), haciendo que los huéspedes de un hotel salieran corriendo, según informó la agencia de prensa AFP. Otra sacudida, de magnitud 5,1 según el USGS, se produjo a las 14:00, similar a la que ya había afectado a la ciudad el sábado por la noche.
En distintos puntos de Mandalay, los equipos de emergencia trabajaban este domingo para socorrer a los heridos y localizar sobrevivientes. En el lugar donde se realizaba un examen anual para monjes budistas, equipos de rescate de Myanmar y China colaboraban en la búsqueda de señales de vida entre los escombros.
Al menos 180 monjes se encontraban en el edificio cuando se produjo el terremoto, que provocó el colapso de parte de la estructura. Hasta ahora, se han rescatado con vida a 21 personas y se han recuperado 13 cuerpos, según un responsable del operativo.
Una urgente llamada a la solidaridad internacional
El conflicto civil que azota Myanmar desde el golpe de Estado de 2021 ha debilitado gravemente su sistema de salud, lo que agrava aún más la actual crisis humanitaria.
Varias agencias internacionales advirtieron que el país no cuenta con los medios necesarios para enfrentar una catástrofe de esta magnitud. De hecho, incluso antes del sismo, las Naciones Unidas habían alertado de que alrededor de 15 millones de personas – un tercio de la población – estaban en riesgo de hambruna para 2025.
La ONU advirtió el sábado sobre una «grave escasez» de suministros médicos en las zonas afectadas. Los equipos de rescate carecen de kits de traumatología, bolsas de sangre, anestésicos y otros medicamentos esenciales. Las labores de socorro se ven obstaculizadas por los daños sufridos en hospitales e infraestructuras sanitarias, así como por las carreteras y las redes de comunicación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó del envío urgente de unas tres toneladas de suministros médicos a los hospitales de Mandalay y de Naypyidaw, la capital, donde miles de heridos están siendo atendidos.