Por: Liset Orellana
La banda colombiana MORAT subió al escenario del Estadio Cuscatlán la noche del pasado sábado en un espectáculo lleno de emociones, donde miles de fans disfrutaron de sus temas más icónicos. La expectativa entre los asistentes, algunos de ellos vestidos en pijamas como guiño a la estética de la gira, dio un toque de complicidad y autenticidad a una velada que unió a jóvenes y adultos en un mismo coro.

El concierto comenzó con la presentación de la salvadoreña Alaria y posteriormente el de la telonera colombiana Jules, quienes animaron al público con su energía y talento. Pero la euforia se desató cuando los cuatro integrantes de MORAT, Juan Pablo Isaza, Simón Vargas, Martín Vargas y Juan Pablo Villamil, aparecieron antes de las 9:00 pm en el imponente escenario. Con una pasarela que les permitía acercarse aún más a sus seguidores, la banda logró establecer una conexión especial con el público, un aspecto característico de la banda.
A lo largo de la noche, MORAT interpretó algunos de sus éxitos más celebrados, incluyendo “Como te atreves”, “506”, “A dónde vamos”, “No se va” y “Besos en guerra”. La agrupación también sorprendió a todos al invitar al escenario a la artista Joaquina, quien se unió a ellos en una interpretación que encantó a los asistentes. En momentos clave del concierto, juegos de fuegos artificiales y visuales impresionantes iluminaron el cielo salvadoreño, amplificando la experiencia y creando un espectáculo visual inolvidable.Formada en Bogotá, Colombia, en 2015, MORAT se ha consolidado como una de las bandas de pop latino más influyentes de la última década.
Su éxito no solo se refleja en los millones de oyentes que acumulan en plataformas digitales, sino también en los numerosos premios que han recibido, incluidos los Premios Shock y los Premios 40 Principales, además de Múltiples nominaciones a los Grammy Latinos. El estilo de MORAT, caracterizado por letras melódicas y arreglos acústicos, ha conquistado seguidores en todo el mundo y continúa ampliando su legado musical.
En el marco de su gira «Los estadios, antes de que amanezca», MORAT demostró una vez más por qué su propuesta sigue conquistando nuevos territorios. La noche en el Cuscatlán fue una prueba de su capacidad para tocar los corazones de sus seguidores y hacerlos cantar a todo pulmón.
