Eran casi las 12 del mediodía del sábado 13 de enero cuando las placas tectónicas Coco y Caribe chocaron y produjeron un devastador terremoto en el territorio nacional que dejó al menos 944 víctimas mortales. El sismo afectó aa 172 de los 262 municipios de El Salvador
La magnitud del terremoto fue de 7.7 grados y su epicentro fue frente a las costas de Usulután. El lugar más afectado por el sismo fue la colonia Las Colinas de Santa Tecla, en La Libertad; ahí, 150 mil metros cúbicos de tierra se desprendieron de la Cordillera del Bálsamo, sepultando a al menos 200 viviendas, con personas adentro de ellas.
Se estima que ese terremoto dejó como saldo fatal a un total de 944 fallecidos, 193 soterrados, 125 desaparecidos, 5,565 heridos, 1 millón 364 160 damnificados, 68.777 evacuaciones, 39 000 desempleos y 24 000 pescadores artesanales afectados.
Además de las mortíferas cifras, el terremoto también causó cuantiosos daños económicos en el país, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) las perdidas por el devastador sismo ascendieron a $1,255.6 millones.
Justo un mes después de la tragedia, el 13 de febrero, otro fuerte terremoto de magnitud 6,6 devastó varios municipios de los departamentos de Cuscatlán, La Paz y San Vicente.